sábado, 11 de agosto de 2012

Mujeres Guerreras III

Lee aquí la segunda parte

En el siglo I a.C., el historiador Diodoro de Sicilia (considerado por otros historiadores como fuente poco fiable) describió a unas amazonas que vivían en Libia, nombre con el que se conocía en la época a la zona de África del norte que quedaba al oeste de Egipto. Ese imperio de amazonas era una ginecocracia, lo cual quiere decir que solamente las mujeres podían ocupar cargos públicos, incluidos los militares.

Cuenta la leyenda, que aquel territorio fue gobernado por una reina llamada Myrina que, acompañada de treinta mil mujeres soldados de infantería y tres mil de caballería, arrasó Egipto y Siria y llegó hasta el mar Egeo venciendo a un buen número de ejércitos de hombres que le salieron al paso. Cuando la reina Myrina fue finalmente derrotada en la batalla su ejército se dispersó.

Sin embargo, el ejército de Myrina dejó huella en la región: después de que los soldados de Anatolia fueran aniquilados en un enorme genocidio, las mujeres del lugar se levantaron en armas para aplastar una invasión procedente del Cáucaso. Esas mujeres eran entrenadas en el manejo de todo tipo de armas, entre ellas el arco, la jabalina, el hacha y las lanzas. Copiaron de los griegos las cotas de malla de bronce y las armaduras.

Rechazaban el matrimonio por considerarlo una sumisión. Para procrear se les concedía un permiso durante el cual se acostaban con una serie de hombres elegidos al azar y de pueblos cercanos. Sólo la mujer que había matado a un hombre en la batalla tenía derecho a perder su virginidad.

Myrina

Larsson, Stieg. (2007). Introducción a la tercera parte de La reina en el palacio de las corrientes de aire (pp .449-450). Barcelo, Ediciones Destino.


 
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